LA ARQUITECTURA COMO OBJETO TRANSPARENTE

Transparencia como termino, recientemente se ha convertido en un latiguillo en áreas como la economía, la política. Sorprendentemente la arquitectura en este caso, no breva de esos campos, porque simplemente ya estaba desde tiempos remotos la búsqueda de ‘la transparencias’ en los edificios.


La transparencia ha sido un avance tecnológico de los arquitectos y artesanos góticos que lograron la entrada de la luz magníficamente manipulada por los vitrales y rosetones. Desde entonces, existió la manipulación virtuosa de la luz transgrediendo el interior de las edificaciones, reforzando la idea de la plenitud y libertad.


Otra acepción, mas sofisticada por cierto, nos ofrece, R. Colin (1976), ‘transparencia implica mas que características ópticas, implica un amplio orden espacial. Transparencia significa una percepción simultanea de diferentes lugares. El espacio visto así, no solo retrocede y avanza si no que también fluctúa en una actividad continua’.


Aquí desde el campo de la teoría Colin introdujo un desafió a diseñadores por la búsqueda de la fluidez espacial con permeabilidad entre interior exterior. Ha direccionado en cierta medida a un sinnúmero de arquitectos en la búsqueda de la transparencia espacial en versión postmoderna.


Los últimos 30 años hemos presenciado una constante producción de edificios ‘transparentes’ que han ido superando limitaciones y estableciendo nuevos estándares productivos y estéticos. Recientemente, con avances en la tecnología de sensores, software ambientales y los sofisticados filtros solares, se generó una batería tecnológica que permitió perfeccionar esta opción constructiva. La aceptación de criterios ecológicos en el diseño ayudo de sobremanera a tener edificios sensibles al medio ambiente. Pero sobre todo a mejorar las condiciones de salud de las legiones de ‘white-collar’ que respiraban aires comprimidos no aconsejables.


Pero también se ha dado la situación que el concepto de ‘transparencia en la arquitectura’ era una virtud de las democracias occidentales, en contraposición al ex bloque Soviético. Muchos incluso afirmaron que las actividades perfectamente legitimas de las compañías multinacionales, podrían ser observadas desde el exterior porque no había nada que ocultar.


Paradójicamente, los propaladores de esta idea, no incorporan en sus catálogos de ejemplos el detalle siguiente. La expresión por excelencias de los edificios en el cual se basa el sistema financiero internacional, no son precisamente ‘transparentes’, como el edificio de la Bolsa de Valores de New York y Londres.


Por lo tanto el significado de ‘transparencia en la arquitectura’ ha tenido una manipulación conforme quien lo sostuviera. La propagación endémica de edificios corporativos fue y es la expresión más pobre de la transparencia en edificios, que sobresalen en las principales capitales del mundo.


Afortunadamente, podemos disfrutar de ‘transparencias’ que realmente hacen su aporte al mejoramiento del disfrute de las ciudades. En conjunción con sus antiguos contrapartes como son las calles y mercados de compras techadas magistralmente por piezas de estructuras metálicas que desafiaron limitaciones técnicas e hicieron posibles grandes superficies transparentes posibles de ser apreciadas hoy, que se encuentran en varias ciudades europeas.


Otras propuestas que articulan espacios urbanos mixtos entre publico-privado, apelando a la imaginación del público que se detiene a especular sobre el sentido de tan dramático volumen conectivo de dos entidades físicas. Como es el puente en altura de la Opera House en Londres. Donde un juego de cristal y planos llenos torcionados rompe con la linealidad del orden de los bloques Victorianos, sorprendiendo y estableciendo una contribución contemporánea.


O edificios de accesos transparentes imponentes como el Museo Nacional de Arte Contemporáneo de Osaka obra reciente de Pelli & asociados donde el edificio que se desarrolla al interior de la tierra presenta una conectividad vibrante con el exterior replicando de alguna manera las energías internas de este edificio invertido.

Roger con su edificio de la calle 88 Wood Street adiciona pureza de formas modernas con high-tech poniendo a la transparencia en una nueva forma de ser apreciada. Tanto por la utilización de figura rectilíneas que colaboran en la atracción de la compresión del interior del edificio, que se contrapone de manera extrema al entorno de edificios de altura que resaltan por masividad tectónica impenetrable.


Hay distintas interpretaciones sobre transparencia en la arquitectura. Sin duda es un tema perenne al cual siempre habrá nuevas formas de desarrollo. Por momentos se torna incierto como las tensiones de la geografía un meandro, o simplemente adquiere una plenitud sencilla de ser apreciada. Pero ante todo genera diversidad, y es allí el mejor punto de vista para apreciar el desafío que presenta su interpretación que no admite encasillamiento alguno.
Artículo publicado en revista O.bjeto. Monterrey, Mexico. Enero 2005
Fotos del autor con excepción de las ultimas dos imagenes.

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