NOTAS INSPIRADAS POR WALTER BENJAMIN



Lo básico en la cultura humana, o mejor dicho en el relato que se tiene sobre cultura humana, dice, que las primeras expresiones artísticas fueron de carácter mágico, una expresión que iba más allá de la cotidiana tarea de hacer fuego, cazar, comer. La expresión artistita, se hacía permanente, estable, se armaba el rito de ir a ese lugar, y apreciar, percibir, sorprenderse. Se daba el salto hacia la imaginación de un estadio diferente al conocido. El rito de visita al objeto único, sin posibilidad de reproducirse. Esto transcurre por ciertos tiempo que nadie sabe muy bien cuanto, hasta que alguien decide tener algo similar  y se multiplica el rito de asistir a apreciar, encontrarse, a imaginar…

Cuando se tuvo capacidad de transformar físicamente un material, las herramientas ayudaron a creación de nuevas piezas que concentraban físicamente una imaginación. La capacidad de continuar reproduciendo la especie humana representando mitos, ayudo a acrecentar los ritos de la visita al lugar donde estaban estas piezas. Inicialmente en lugares sacros, que los griegos lograron expandirlos en sus ciudades… sacras por cierto pero expuestas a los ciudadanos, elegidos, claro, no los esclavos. Se producía de alguna manera una masificación dosificada de lo que podemos llamar hoy arte. El cuerpo desnudo como representación de lo sublime de la perfección se transformo en un desafío a las oscuras centurias de la edad media. Donde los cuerpos fueron cubiertos por hojas las partes reproductivas y de placer. Para ser completamente cubiertas por ropas y puestas a resguardo en edificios sagrados. Acaparando y manipulando el rito mágico de la apreciación por la religión y sus operativos.

Con el surgimiento de los controladores del comercio en Europa, generan los excedentes económicos como para financiar el rito de la apreciación por afuera del aparato religioso. Si bien fue su expresión y el medio para establecer su existencia frente a los poderes facticos. Esto puso en evidencia, que era posible reproducir lo sacro. En otra palabras, lo sacro deja de estar encerrado para la utilización de ciertos ritos religioso para ser expresión del nuevo poder emergente, y con ellos los artistas, estos empiezan a tener nombres en sus obras.

Se recupera en cierta forma, el rito pagano de la reunión alrededor de una pieza que acapara la imaginación y la apreciación, dispara ciertos sentimientos que son vividos por los individuos bajo un elemento común. Luego hasta los medios; escultura, pintura, empiezan a ser discutidos como medios para acaparar tanta imaginación emancipadora que se aglutino a lo largo de centurias. Es recién cuando otros medios aparecen en escena, cuando el arte se revoluciona, con la capacidad de ser reproducida, se elimina el factor de unicidad. Pero, todo medio vale si mantiene el rito mágico de acaparar la imaginación de las personas que asienten ir a ciertos lugares a compenetrarse con su imaginación.

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