VISIBILIDAD impuesta o negociada
Leo Ramos me sugirió este tema, la visibilidad, ‘hablemos de visibilidad en las esculturas urbanas’. Mi respuesta inicial fue que debería encontrar un tiempo con calma para reflexionar sobre nuestra experiencia en ese aspecto, que en principio se presenta como un ‘todo o nada’ en una escultura. ¿Lo es?.
La visibilidad a secas, es la capacidad de ver un objeto desde una distancia. Los que más se refieren a ella son los meteorólogos, que elaboran disquisiciones sobre la influencia del viento, las nubes, las temperaturas imperantes a distintas alturas, la confluencia de esos factores y otros dan el dato de visibilidad de x metros.... principalmente para informar a los pilotos de aviones y transportistas. Pero la visibilidad, en estas lides, de las intervenciones urbanas, tienen otras implicancias, que diríamos ‘complican’ aun todo el fenómeno de observación.
Para desgranar un poco más el meollo de estas implicancias. La primera ‘sorpresa’ es encontrarse con la ausencia de ‘monopolio’ por parte del artista o diseñador sobre la visibilidad de su obra en un contexto urbano. De pronto las energías se dirigen a contra argumentar las opiniones de los ingenieros viales que siguiendo las normativas, sugieren por ejemplo la escultura tuviera un base de concreto de hasta 1.5 metros de altura, para resistir el impacto de un camión, y de paso evitar que el vehículo ‘enganche’ unas de las alas más baja de la escultura y lo tumbara.
Con esta ‘contribución’ de la autoridad de aplicación, ciertamente toda nuestra intervención se desluce. La discusión duro 6 meses, se saldo con un sobredimensionado del espesor de las laminas de acero y un incremento en los elementos de las fundaciones. En síntesis varios de cientos más al presupuesto, para cumplir con la normas que habla sobre una eventualidad de accidente.
Al menos logramos, no asentarlas sobre pilares de 1.5 metros de altura, gran batalla ganada... hasta que nos topamos con la siguiente opinión de otra agencia de aplicación de reducción o eliminación de los ángulos ciegos en una rotonda. , para que los vehículos puedan transitar teniendo una visual despejada durante la utilización de la rotonda. Los requerimientos se solucionaron con un plano de pendientes, y demostrando que las esculturas no obstruían, pero principalmente por las dimensiones de la rotonda en cuestión, con 60 metros de diámetro...
A esta altura del relato, queda claro que la visibilidad en ámbitos urbanos tiene tantos factores que intervienen, como los meteorólogos...
Al final y desde el principio, está el meollo que mas atormenta al diseñador, cuando tiene que enfrentar decisiones de posicionamiento: una batería de preguntas emergen, sin orden, sin priorizar temas, es un torrente...?de cuantos puntos de vistas puede ser apreciado las piezas?, ¿qué aéreas son las que mejor se pueden apreciar?, ¿desde la vista de un peatón?, ¿desde cuantas posiciones?, ¿desde un vehículo?, ¿a qué velocidad?, ¿de cuánto tiempo dispone para apreciar?, ¿desde qué distancia y a que velocidad vehicular, se aprecia ¿qué? de las piezas...
Ciertas preguntas tienen como respuestas soluciones imposible, como se, incrementar 2 metros en altura... hacerlas más anchas..., al final solo se comprobara una vez instalada y allí se vera como se dio respuestas al borbotón de preguntas.
Pero hay un aspecto que quiero dejar claro, nunca fue mi intención desarrollar un visibilidad impuesta... Salvando las distancias, la torre Eiffel, es únicamente impuesta, no hay competidores, no hay donde guarecerse. El extremo opuesto, es el Partenón... que aparece entre las calles que la rodean y va revelando su masividad bella. Son dos casos extremos por cierto, de esos casos tratamos de aprender... El primero es una visibilidad impuesta el segundo es una visibilidad que va negociando su presencia...
En nuestro proyecto intentamos desarrollar la visibilidad negociada, va emergiendo por aproximación... distinguiéndose del plano que generan las luminarias públicas... pero sobre todo, la visibilidad entendida con cultura de video clips, segundos de apreciación, que rápidamente cambia a otro ángulo de vista dada la velocidad con la cual se arriba a la rotonda, 8 segundos desde la entrada sur, 50 segundos desde la norte. En sentido contrario, saliendo de la ciudad hacia la escultura, y es la series de fotografías que siguen, 40 segundos de apreciación, contando desde el primer momento en que se la distingue, para el pasajero... para el que maneja, con suerte 3, 4, 3 segundos... fraccionado, video clips experiencia.
La visibilidad a secas, es la capacidad de ver un objeto desde una distancia. Los que más se refieren a ella son los meteorólogos, que elaboran disquisiciones sobre la influencia del viento, las nubes, las temperaturas imperantes a distintas alturas, la confluencia de esos factores y otros dan el dato de visibilidad de x metros.... principalmente para informar a los pilotos de aviones y transportistas. Pero la visibilidad, en estas lides, de las intervenciones urbanas, tienen otras implicancias, que diríamos ‘complican’ aun todo el fenómeno de observación.
Para desgranar un poco más el meollo de estas implicancias. La primera ‘sorpresa’ es encontrarse con la ausencia de ‘monopolio’ por parte del artista o diseñador sobre la visibilidad de su obra en un contexto urbano. De pronto las energías se dirigen a contra argumentar las opiniones de los ingenieros viales que siguiendo las normativas, sugieren por ejemplo la escultura tuviera un base de concreto de hasta 1.5 metros de altura, para resistir el impacto de un camión, y de paso evitar que el vehículo ‘enganche’ unas de las alas más baja de la escultura y lo tumbara.
Con esta ‘contribución’ de la autoridad de aplicación, ciertamente toda nuestra intervención se desluce. La discusión duro 6 meses, se saldo con un sobredimensionado del espesor de las laminas de acero y un incremento en los elementos de las fundaciones. En síntesis varios de cientos más al presupuesto, para cumplir con la normas que habla sobre una eventualidad de accidente.
Al menos logramos, no asentarlas sobre pilares de 1.5 metros de altura, gran batalla ganada... hasta que nos topamos con la siguiente opinión de otra agencia de aplicación de reducción o eliminación de los ángulos ciegos en una rotonda. , para que los vehículos puedan transitar teniendo una visual despejada durante la utilización de la rotonda. Los requerimientos se solucionaron con un plano de pendientes, y demostrando que las esculturas no obstruían, pero principalmente por las dimensiones de la rotonda en cuestión, con 60 metros de diámetro...
A esta altura del relato, queda claro que la visibilidad en ámbitos urbanos tiene tantos factores que intervienen, como los meteorólogos...
Al final y desde el principio, está el meollo que mas atormenta al diseñador, cuando tiene que enfrentar decisiones de posicionamiento: una batería de preguntas emergen, sin orden, sin priorizar temas, es un torrente...?de cuantos puntos de vistas puede ser apreciado las piezas?, ¿qué aéreas son las que mejor se pueden apreciar?, ¿desde la vista de un peatón?, ¿desde cuantas posiciones?, ¿desde un vehículo?, ¿a qué velocidad?, ¿de cuánto tiempo dispone para apreciar?, ¿desde qué distancia y a que velocidad vehicular, se aprecia ¿qué? de las piezas...
Ciertas preguntas tienen como respuestas soluciones imposible, como se, incrementar 2 metros en altura... hacerlas más anchas..., al final solo se comprobara una vez instalada y allí se vera como se dio respuestas al borbotón de preguntas.
Pero hay un aspecto que quiero dejar claro, nunca fue mi intención desarrollar un visibilidad impuesta... Salvando las distancias, la torre Eiffel, es únicamente impuesta, no hay competidores, no hay donde guarecerse. El extremo opuesto, es el Partenón... que aparece entre las calles que la rodean y va revelando su masividad bella. Son dos casos extremos por cierto, de esos casos tratamos de aprender... El primero es una visibilidad impuesta el segundo es una visibilidad que va negociando su presencia...
En nuestro proyecto intentamos desarrollar la visibilidad negociada, va emergiendo por aproximación... distinguiéndose del plano que generan las luminarias públicas... pero sobre todo, la visibilidad entendida con cultura de video clips, segundos de apreciación, que rápidamente cambia a otro ángulo de vista dada la velocidad con la cual se arriba a la rotonda, 8 segundos desde la entrada sur, 50 segundos desde la norte. En sentido contrario, saliendo de la ciudad hacia la escultura, y es la series de fotografías que siguen, 40 segundos de apreciación, contando desde el primer momento en que se la distingue, para el pasajero... para el que maneja, con suerte 3, 4, 3 segundos... fraccionado, video clips experiencia.
Fotografias producidas para este artículo por el autor.
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